Era otro día mas, un día que tenía que soportar más humillaciones, me senté en la cama haciendo un fuerte suspiro viendo alrededor de mi habitación sin ganas de cruzar la puerta e ir a la escuela, para que; para escuchar los gritos, soportar otro día mas los golpes de ellos, pero ya estaba cerca mi graduación y ese día me iría muy lejos de forks para nunca regresar.
Iba caminando con mi mochila en mis brazos, cuando en el estacionamiento estaban ellos los más populares, pero para mí eran mi peor pesadilla. Camine lo más rápido que pude hasta que sentí como alguien jalaba de mis pelos.
-A donde, crees que vas tonta- Era Rosalie, la capitana de las porristas y la persona más egoísta de todas, luego solo escuche las risas de todos juntándose alrededor de mí, solo quería que me soltaran, las lágrimas iban saliendo de mis ojos
–Rosalie, suéltame por favor- cuando dije eso, solo se rió mucho más fuerte, dándome un golpe en mis dos piernas haciendo que cayera al suelo y todos se juntaron. Rosalie, Jasper, Emmett, Alice y el, la persona que por más que me tratara feo estaba enamorada como una idiota, Edward Cullen solo sentí los fuertes golpes que me daban en mi cuerpo, dejaron de hacerlo cuando el sonido del timbre sonó haciendo que se fueran, yo solo me acurruque llorando con todas mis fuerzas, cuando tenía que soportar para ser el juego de ellos, la chica que se burlaban, que golpeaban cuando querían.
10 AÑOS DESPUES
-Bells, estas segura de esto- Dijo una voz masculina viendo a esa mujer, que solo caminaba de un lado a otro, haciendo que el sonido de los tacones inundará la habitación, ella lo vio con una sonrisa, una sonrisa que había aprendido a hacer a pesar de todo, camino con esos pasos de seductora que la hicieron que muchos hombres se volvieran locos, se sentó en el sillón que estaba enfrente de él cruzando sus piernas que estaban descubiertas por el corto vestido color rojo que traía.
-Estoy, más que segura de esto, mi regreso a Forks no cambiara- Ella dijo agarrando un portaretrato que tenia de ella, con su padre enfrente de la casa que tenía en ese lugar, un lugar donde lo único que recordaba fue golpes, humillaciones pero ahora era otra, una sonrisa salió de sus labios pensando en todo lo que le esperaba a su llegada ahí, sabía que todos se sorprenderían de ver a la tonta, fea Isabella Swan pero mucho más ellos, sus peores enemigos que sabían muy bien que seguían viviendo ahí y trabajando.
-Pero estas, completamente segura de ir y hacer de sus vidas un infierno- Le dijo el, no quería que ella viajara, no quería perderla por una tonta venganza, ella se paró acercándose hasta donde estaba el, poniendo un dedo en los labios de ella, mirándolo con una sonrisa coqueta.
-No por nada, investigue la vida de cada uno, el primero que sufrirá mi venganza será Emmett Cullen y su ahora esposa Rosalie Hale.
Autor: Maria Molar
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